lunes, 15 de noviembre de 2010

Expertos recomiendan revisar la causa de la reprobación. El colegio también debe autoevaluarse.


Antes de pensar en qué castigo imponerle a su hijo si pierde el año, hay que revisar si el motivo fue el descuido de los deberes escolares, una dificultad en particular o alguna situación personal o familiar que pudo afectar el rendimiento académico del niño.
"Los padres deben reflexionar sobre cuál fue su papel en la vida escolar de su hijo y si participaron en las actividades académicas del colegio. Las instituciones tienen que cuestionarse y revisar los planes de estudio, modelo pedagógico y sistema de evaluación para saber qué pudo haber fallado", afirma Francisco Cajiao, ex subsecretario de Educación de Bogotá y experto en el tema.
Los padres, además, deben sentarse a discutir con los colegios sobre qué esperan de ellos y cómo pueden ayudar. "Si un niño reprobó, yo empezaría por el colegio. Éste debe hacer un ejercicio de evaluación en el que los docentes analicen las razones por las cuales se dio la reprobación escolar, qué planearon y programaron, qué se cumplió y si lo implementado apoyó o no el desarrollo del aprendizaje", indica Luz Maribel Páez Mendieta, directora de Evaluación de la Secretaría Distrital de Educación.
Según ella, las instituciones deben revisar si sus currículos y sistemas de evaluación se implementaron de forma correcta. Si el profesor, agrega, no hace un buen diagnóstico de la causa de la reprobación, puede tomar decisiones equivocadas. La experta insiste en que las instituciones deben esforzarse para que sus alumnos aprendan con agrado y, aunque educarse es un derecho, éste debe ir amarrado a ciertas obligaciones.
"Hay que poner sobre la mesa si lo que originó la pérdida del año escolar fue desorganización, falta de hábitos o el resultado de alguna dificultad. No hay que castigarlo o decirle 'te lo dije', sino hacerle entender qué hábitos debe modificar, y si la dificultad persiste, buscar ayuda externa", indica Paula Bernal, psicóloga de niños y adolescentes.
Hay estudiantes que han perdido el año porque emocionalmente se han visto afectados con el divorcio de sus padres y el poco interés que los adultos les muestran. De allí la importancia de revisar el entorno familiar del niño y mirar, por ejemplo, si hubo exceso de permisos y libertades. "Si fue resultado de un comportamiento irresponsable, es clave pensar en retirar beneficios, pero en un clima amable", agrega Bernal.
Los estudiantes, por su parte, deben hacer una autoevaluación acerca de cuál fue su falla y cómo subsanarla. Elsa Castañeda, directora de primera infancia del Instituto para el Desarrollo de la OEI, les hace un llamado a los padres para que no retiren del colegio a sus hijos y los apoyen en superar sus falencias y a los colegios, reforzar la cultura y el deporte en los currículos para retener a los estudiantes.
El divorcio y los problemas entre los padres afectan a los escolares. Al encontrar las causas que motivaron la pérdida de año escolar, padres, colegio y estudiante deben trabajar de la mano para superar esta falla. El castigo no es la solución.
Salvavidas promoción anticipada
El Decreto 1290 prevé que si un niño no aprueba el grado escolar, reciba un programa de acompañamiento, diseñado para él, en el que trabaje sus falencias (esto sería durante las vacaciones), de forma que al siguiente  año se le haga una nueva evaluación y, si le va bien, sea promovido de curso. Esto se llama promoción anticipada.
La ministra de Educación, María Fernanda Campo, dice que es una opción para bajar las tasas de reprobación. "El niño que definitivamente debe repetir el año escolar, la Ley ordena que se le garantice el cupo, que repita en su colegio", añade Maribel Páez.

Articulo tomado del  periódico del tiempo 13 noviembre 2010

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