Antes
de pensar en qué castigo imponerle a su hijo si pierde el año, hay que revisar
si el motivo fue el descuido de los deberes escolares, una dificultad en
particular o alguna situación personal o familiar que pudo afectar el
rendimiento académico del niño.
"Los
padres deben reflexionar sobre cuál fue su papel en la vida escolar de su hijo
y si participaron en las actividades académicas del colegio. Las instituciones
tienen que cuestionarse y revisar los planes de estudio, modelo pedagógico y
sistema de evaluación para saber qué pudo haber fallado", afirma Francisco
Cajiao, ex subsecretario de Educación de Bogotá y experto en el tema.
Los
padres, además, deben sentarse a discutir con los colegios sobre qué esperan de
ellos y cómo pueden ayudar. "Si un niño reprobó, yo empezaría por el
colegio. Éste debe hacer un ejercicio de evaluación en el que los docentes
analicen las razones por las cuales se dio la reprobación escolar, qué
planearon y programaron, qué se cumplió y si lo implementado apoyó o no el desarrollo
del aprendizaje", indica Luz Maribel Páez Mendieta, directora de
Evaluación de la Secretaría Distrital de Educación.
Según
ella, las instituciones deben revisar si sus currículos y sistemas de
evaluación se implementaron de forma correcta. Si el profesor, agrega, no hace
un buen diagnóstico de la causa de la reprobación, puede tomar decisiones
equivocadas. La experta insiste en que las instituciones deben esforzarse para
que sus alumnos aprendan con agrado y, aunque educarse es un derecho, éste debe
ir amarrado a ciertas obligaciones.
"Hay
que poner sobre la mesa si lo que originó la pérdida del año escolar fue
desorganización, falta de hábitos o el resultado de alguna dificultad. No hay
que castigarlo o decirle 'te lo dije', sino hacerle entender qué hábitos debe
modificar, y si la dificultad persiste, buscar ayuda externa", indica
Paula Bernal, psicóloga de niños y adolescentes.
Hay
estudiantes que han perdido el año porque emocionalmente se han visto afectados
con el divorcio de sus padres y el poco interés que los adultos les muestran.
De allí la importancia de revisar el entorno familiar del niño y mirar, por
ejemplo, si hubo exceso de permisos y libertades. "Si fue resultado de un
comportamiento irresponsable, es clave pensar en retirar beneficios, pero en un
clima amable", agrega Bernal.
Los
estudiantes, por su parte, deben hacer una autoevaluación acerca de cuál fue su
falla y cómo subsanarla. Elsa Castañeda, directora de primera infancia del
Instituto para el Desarrollo de la OEI, les hace un llamado a los padres para
que no retiren del colegio a sus hijos y los apoyen en superar sus falencias y
a los colegios, reforzar la cultura y el deporte en los currículos para retener
a los estudiantes.
El
divorcio y los problemas entre los padres afectan a los escolares. Al encontrar
las causas que motivaron la pérdida de año escolar, padres, colegio y
estudiante deben trabajar de la mano para superar esta falla. El castigo no es
la solución.
Salvavidas promoción
anticipada
El
Decreto 1290 prevé que si un niño no aprueba el grado escolar, reciba un
programa de acompañamiento, diseñado para él, en el que trabaje sus falencias
(esto sería durante las vacaciones), de forma que al siguiente año se le
haga una nueva evaluación y, si le va bien, sea promovido de curso. Esto se
llama promoción anticipada.
La
ministra de Educación, María Fernanda Campo, dice que es una opción para bajar
las tasas de reprobación. "El niño que definitivamente debe repetir el año
escolar, la Ley ordena que se le garantice el cupo, que repita en su
colegio", añade Maribel Páez.
Articulo tomado del periódico del tiempo 13 noviembre 2010
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